Si tuviera la oportunidad de volver a estudiar la carrera de arquitectura, el único error que corregiría sería el no haber sido lo suficientemente curioso; muchas dudas y consultas se vieron opacadas ante una falta de interés por buscar más. Es ahora, en el ámbito profesional, donde uno siente que carece de información que antes no parecía necesaria.
Dicen que todos los que estudian arquitectura somos buenos en números y en dibujo. Si bien son herramientas bastante útiles, es posible terminar y desarrollar tu carrera utilizándolas lo mínimo indispensable.
Yo creía que la carrera de arquitectura consistía de diseño exclusivamente, de ahí fui
descubriendo las distintas ramas a las que puedes desarrollar tu perfil profesional.
Supervisor de obras, Urbanista, Diseñador (Exteriores, Interiores, Muebles), Profesor, entre otros.
Como en toda carrera de diseño, la idea de agarrar un concepto y plasmarlo en algo real/material me genera muchísima felicidad y me parece de las cosas más alucinantes que puede haber. Un proyecto es como un hijo, y tienes que tratarlo con mucho cariño y dedicación.
Si bien no todo es bonito, algo que mis padres y amigos decían, que considero bastante cierto, era lo de las amanecidas de trabajo. No es el caso con todos; organizándote y planeando tus tareas con anticipación puedes evitar amanecerte.
La regla de la arquitectura es hacer las cosas con amor y obsesión en gran proporción.
No dejes tu maqueta desatendida, los accidentes están a la vuelta de la esquina.
Para mí el futuro sería el mismo, busco ser un arquitecto independiente. Por otro lado, me vería más envuelto en programas de 3D y sistemas de tecnología como BIM (Building Information Modeling).
Los puestos varían mucho unos de otros, son ámbitos muy distintos. En lo personal, los puestos en área de construcción y desarrollo de proyectos es donde uno puede aprender más.
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